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Desde hoy hay que ponerse un chaleco amarillo para estar en la plataforma de Ocaña;
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CRÓNICA DE UNA PERMANENCIA FRUSTRADA Y FRUSTRANTE
Después de varias semanas reservando el día, aplazando visitas familiares y cuestiones de trabajo, concienciando a la parienta y mirando con preocupación la previsión del tiempo, llegó el día planeado para intentar la permanencia (viernes 25 de julio) y…………….fallé.
De hecho, no es que fallara, es que tiré la toalla en menos de una hora.
Cuando llegué por la mañana, Pedro ya me dijo que la cosa iba a estar muy difícil y que fuera pensando en otro día. Habían bajado las temperaturas, teníamos mucho viento del noroeste en superficie y arriba era un auténtico vendaval. Con el Piwi, la cosa no estaba para muchas alegrías. De todos modos, me fui al hangar y me preparé el TZ para hacerme un vuelito por la tarde, nada especial, cuando la cosa estuviera más clara.
Ya había cambiado de planes y me iba a comer algo a la cafetería cuando hacia la una de la tarde varios veleros bajaron diciendo que la cosa se estaba poniendo bastante bien.
Iñaki, con su optimismo antropológico-aeronáutico, giró la cabeza y me dijo: ¿tú no venías para la permanencia? Pues ya puedes estar saliendo.
Cuando despegué a las 13:15 ya había térmica, pero bastante rota. Apenas podía mantener el piwi centrado en la ascendencia por culpa del viento y, sobre todo, mi torpeza. Además el techo no era gran cosa, apenas 900 metros y era un suplicio llegar hasta arriba. Tal y como temía, el viento me iba empujando hacia Villatobas. Como no quería caerme por allí, después perdía toda la altura ganada luchando por volver a la cabecera de la 29.
Estuve un rato haciendo una especie de "yoyo"....Con la térmica totalmente tumbada, subía como podía y cuando llegaba arriba, intentaba volver hacia Ocaña cabalgando la ascendencia....Subía a 900 y cuando llegaba al nudo de la R-4 ya estaba otra vez a la altura de suelta.
De cara al vendaval, intenté buscar algo al otro lado de la radial para poder tirar hacia Yepes o Cabañas y tener así el viento a favor, pero no hubo manera. Siempre terminaba pillando la térmica que había sobre la fábrica de puertas y de ahí hacia Villatobas otra vez. En fin, frustrante. No estaba disfrutando nada del vuelo, y volar sufriendo, de momento, no me gusta nada.
Además, la previsión (esa que no acierta casi nunca) decía que el viento arreciaría todavía más por la tarde, así que la cosa estaba bien jodida. Probé por última vez buscar una ascendencia aprovechable al suroeste de la pista. Viré algunos ceros que por momentos se convertían en “unos” y “doses” pero nada…Perdía altura sin remisión y, o no avanzaba, o era arrastrado hacia el este como una hoja.
Dudé entre regresar a la fábrica y volver a empezar o notificar viento en cola y….en un momento de conformismo y de cierta derrota, hice esto último.
Circuito de los de escuela y alto y rapidito en final, que con el Piwi hay que ir sobrado porque cuando hace viento parece que vuela hacia atrás.
Cuando llego abajo, José Antonio me recibe debajo del toldillo y me pregunta: ¿qué te ha pasao? Lo que yo te decía, que al final ibas a planchar en Villatobas…..
En fin, otra vez será. Sin agobios.
Primera lección: si el día no está para una cosa, tampoco hace falta empecinarse, se cambian los planes y ya está.
Muy probablemente, si hubiera salido a las 3 de la tarde, sin pensar en la permanencia, me hubiera hecho un vuelecito reconfortante de tres horas y pico, pero hay que tomar decisiones y esta vez me equivoqué. No supe sacar provecho al comienzo del día.
Segunda lección: aunque se sufra también hay que volar los días malos. En menos de una hora de vuelo he aprendido bastante más que en muchos vuelos placenteros.
Lo peor de todo es que después, en el resumen del día pone: Mejor día de lo previsto. Convergencia en los Mtes. y térmica azul en el Llano. Vuelos de 400, 300 y 200 Km.
Lo mismo que yo, que hasta me dio tiempo de comer en mi casa en Madrid.
Saludos y buenos vuelos…( no como éste)
De hecho, no es que fallara, es que tiré la toalla en menos de una hora.
Cuando llegué por la mañana, Pedro ya me dijo que la cosa iba a estar muy difícil y que fuera pensando en otro día. Habían bajado las temperaturas, teníamos mucho viento del noroeste en superficie y arriba era un auténtico vendaval. Con el Piwi, la cosa no estaba para muchas alegrías. De todos modos, me fui al hangar y me preparé el TZ para hacerme un vuelito por la tarde, nada especial, cuando la cosa estuviera más clara.
Ya había cambiado de planes y me iba a comer algo a la cafetería cuando hacia la una de la tarde varios veleros bajaron diciendo que la cosa se estaba poniendo bastante bien.
Iñaki, con su optimismo antropológico-aeronáutico, giró la cabeza y me dijo: ¿tú no venías para la permanencia? Pues ya puedes estar saliendo.
Cuando despegué a las 13:15 ya había térmica, pero bastante rota. Apenas podía mantener el piwi centrado en la ascendencia por culpa del viento y, sobre todo, mi torpeza. Además el techo no era gran cosa, apenas 900 metros y era un suplicio llegar hasta arriba. Tal y como temía, el viento me iba empujando hacia Villatobas. Como no quería caerme por allí, después perdía toda la altura ganada luchando por volver a la cabecera de la 29.
Estuve un rato haciendo una especie de "yoyo"....Con la térmica totalmente tumbada, subía como podía y cuando llegaba arriba, intentaba volver hacia Ocaña cabalgando la ascendencia....Subía a 900 y cuando llegaba al nudo de la R-4 ya estaba otra vez a la altura de suelta.
De cara al vendaval, intenté buscar algo al otro lado de la radial para poder tirar hacia Yepes o Cabañas y tener así el viento a favor, pero no hubo manera. Siempre terminaba pillando la térmica que había sobre la fábrica de puertas y de ahí hacia Villatobas otra vez. En fin, frustrante. No estaba disfrutando nada del vuelo, y volar sufriendo, de momento, no me gusta nada.
Además, la previsión (esa que no acierta casi nunca) decía que el viento arreciaría todavía más por la tarde, así que la cosa estaba bien jodida. Probé por última vez buscar una ascendencia aprovechable al suroeste de la pista. Viré algunos ceros que por momentos se convertían en “unos” y “doses” pero nada…Perdía altura sin remisión y, o no avanzaba, o era arrastrado hacia el este como una hoja.
Dudé entre regresar a la fábrica y volver a empezar o notificar viento en cola y….en un momento de conformismo y de cierta derrota, hice esto último.
Circuito de los de escuela y alto y rapidito en final, que con el Piwi hay que ir sobrado porque cuando hace viento parece que vuela hacia atrás.
Cuando llego abajo, José Antonio me recibe debajo del toldillo y me pregunta: ¿qué te ha pasao? Lo que yo te decía, que al final ibas a planchar en Villatobas…..
En fin, otra vez será. Sin agobios.
Primera lección: si el día no está para una cosa, tampoco hace falta empecinarse, se cambian los planes y ya está.
Muy probablemente, si hubiera salido a las 3 de la tarde, sin pensar en la permanencia, me hubiera hecho un vuelecito reconfortante de tres horas y pico, pero hay que tomar decisiones y esta vez me equivoqué. No supe sacar provecho al comienzo del día.
Segunda lección: aunque se sufra también hay que volar los días malos. En menos de una hora de vuelo he aprendido bastante más que en muchos vuelos placenteros.
Lo peor de todo es que después, en el resumen del día pone: Mejor día de lo previsto. Convergencia en los Mtes. y térmica azul en el Llano. Vuelos de 400, 300 y 200 Km.
Lo mismo que yo, que hasta me dio tiempo de comer en mi casa en Madrid.
Saludos y buenos vuelos…( no como éste)
Comentarios
Buenos vuelos y suerte para la próxima.
Arturo
En el primer intento me pasó lo que a ti. Viento fuerte del W haciendo yoyós Villatobas-Ocaña hasta que en una de ésas, después de dos horas y media de vuelo, tuve que tomar directamente por la 29, harto y agotado.
El segundo intento, el mejor. Día termonuclear. Me voy a Quero, luego a Los Yébenes y de vuelta, que no llego, que no llego, que toma fuera en Dosbarrios por irme demasiado lejos y no llegar a Ocaña por los pelos. Me quedé a 10' de la permanencia y debajo del circuito de remolque, lo cual tuvo muchas risas y me lo recordaron durante varios años (ahh, ¿tú eres el que se cayó en Dosbarrios a 10' de conseguir la permanencia?? pues sí soy yo...).
Al día siguiente, después de montar el piwi, salí para hacer la prueba de vuelo y ya que estaba allí arriba y viendo que era pronto, me quedé casi seis horas por el palomar (5:49 creo que fue el vuelo) y conseguí la permanencia. Eso sí, justo el día que no salí con la intención de hacérmela.
Así que tranquilo, que ya la conseguirás.
Saludos y felices vuelos
La lección más importante es que las limitaciones del Piwi unidas a las mías hacen un cóctel que bien mezclado da un resultado de -5 en el variómetro. jejeje
Ahora, visto lo visto, podría haber aguantado agarrado a la palanca hasta que el día mejorara y la térmica fuera más clara y potente, pero era el viento lo que me preocupaba. En ningún momento estuve volando a gusto. Había tenido una semana de mucho trabajo y tenía la cabeza demasiado ocupada en otros asuntos. Además, me había tomado el vuelo como un premio y, claro, cuando llega el gran día y las cosas no son como tú te esperas, en vez de luchar, tiras las toalla.
Alfonso, tu historia de la permanencia es para escribirla en un libro de memorias aeronáuticas, la verdad. Lo del segundo día es para tirarse de los pelos. La ZA Casi ¿es obra tuya? jeje
Después, conseguiste la permanencia el día que no te lo proponías. Lo que demuestra lo estúpido que puede resultar planificar y obsesionarse tanto con una prueba.
Arturo, enhorabuena, que me ha dicho un pajarito que ayer te hiciste el C de plata.... Felicidades campeón.
Saludos y buenos vuelos para todos.
Postdata... mientras escribía lo de arriba, se me ha adelantado Joaquín con su comentario. Por supuesto que tiene más mérito hacerse el 300 FAI que la permanencia, eso nadie lo duda. Y de hecho, muchos de los vuelos que se hacen a diario en Ocaña rozan las cinco horas, cuando no las superan. Quizá sea verdad que es una prueba un poco tonta, pero te prepara para futuras metas. Cada cosa a su tiempo. En mi caso, que soy un principiante, me parece más asequible hacerme la permanencia que irme del tirón a Villacañas. (Fíjate tú que pardillo). Volando cerquita de casa hay confianza, lo malo es salir del palomar. Por eso no la hice el otro día, porque yo quería quedarme cerca de casita y el viento me empujaba a Villatobas. Temía que se rompiera el cordón umbilical.... Saludos de nuevo
No te obsesiones con la permanecia, en tu primer vuelo de distancia "serio" te vas a tirar de a 4 a 5 horas. Estarse 5 horas con un piwi entre Ocaña, DosBarrios, Cabañas tiene mas de penitencia que de vuelo a vela.
Yo cada vez que paso por El Romeral me acuerdo a Iñaki en el ask diciendome en voz baja
"...Ahora Lillo es nuestra casita...Lillo es nuestra casita... "
y luego por Villacañas
"...Ahora La Mancha es nuestra casita...La Mancha es nuestra casita..."
asi que ya sabes tienes muchas casitas para estar volando cerca tranquilo y relajado !! Ocaña es solo una de ellas !!
Yo creo que la permanencia tiene un valor. Es del de crear la confianza en el piloto de que, al menos en tanto en cuanto el día es volable, se tiene la capacidad de estar en el aire, sin "caerse".Y esta capacidad es condición necesaria, aunque no suficiente, para meterse en vuelos de distancia.
También se trabaja en la permanencia la capacidad de hacer vuelos largos sin cansarse. Yo ya estoy haciendo vuelos de 3 a 4 horas habitualmente, y al principio a las dos horas estaba ya agotado. Cada vez me cuesta menos, y espero poder hacer vuelos de 4-5 horas que es que se lleva 300 Km con el astir.
Como dicen por ahi... "Get high, stay high". Vete a lillo/Villacañas/La Mancha, plántate a 2000+ metros, y mantenerse las 5 horas por allá en uno de estos días no debe ser mucho problema. El finde que viene tiene buena pinta.
Suerte y a por las cinco horas.
Tito Agui
Yo también conseguí la permanencia el día que no me lo había planteado, y salí a volar para disfrutar... luego te lias, te lias... y cuando te das cuenta ya has pasado 4 horas y aún queda actividad térmica. Y entonces sí que te lo propones, pero ya es un vuelo de 1 hora lo que te queda.
En serio, obsesionarse es la peor situación. Vuela, disfruta, amplía horizontes, baja hasta El Romeral, luego a Lillo si tienes altura y un buen día; luego vuelves y te dices "¡qué coño, ahora sigo hasta la perrmanencia!
Buenos vuelos