Thierry Gil nos envia un relato sobre su estancia en Villamartin

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Thierry Gil nos envia un relato sobre su estancia en VillamartinNo es intención el reincidir en las claras especificaciones que Pedro Berlinches ha dado del lugar (ver artículo en la web del Club en Hazañas) sino tan solo complementarlo con impresiones del autor, menos avezado y experimentado en cuestiones aeronauticas, efectuadas con el solo objetivo de orientar a los que aún no conozcan el lugar No quisiera empezar sin mencionar y recalcar las atenciones y buen hacer que a lo largo de toda la semana nos han dispensado tanto Betina como Thomas (propietarios de La Antigua Estación), excelentes anfitriones que nos han hecho sentirnos como en nuestra propia casa, sin olvidar a Pedro Wittwer (www.fly-pedro.com) -remolcador-.Esta pasada Semana Santa, al igual que muchos de vosotros la queríamos dedicar al vuelo, por ello, animados por los comentarios de Pedro Berlinches y por el interes de conocer zonas nuevas de vuelo, tanto el "presi" del club (Fco. Garcia) como el que aquí suscribe, aunque en dirección opuesta a los que se fueron a Jaca, nos hemos ido al aerodromo de Villamartin (Cadiz) ineludiblemente unido al ya citado alojamiento de La Antigua Estación (www.antiguaestación.com) , donde nosencontraríamos a finales de semana con Alvaro Jimenez Aguayo (al que también le podeis preguntar los interesados).Es cierto que pueden existir ciertas reticencias a efectuar el viaje en dirección Sur bajo la hipotética excusa de que el citado aeródromo se encuentra lejos, (560 kilometros desde el mismo Madrid, según tacometro del coche), sin embargo no son más de los que hay que hacer para ir a Jaca. Desde luego que no descubro la polvora diciendoos que yendo a Cadiz, Ocaña se encuentra en pleno recorrido, lo que supone tan sólo una breve parada en la plataforma para enganchar el remolque y continuar viaje sin desvio alguno. Se eliminan con ello los kilometros de más (al menos 125 km) que hay que sumar al viaje que en sentido contrario hay que hacer para ir a Jaca, que ya de por sí, directamente y sin pasar por Ocaña para recoger el velero, desde la capital suponen hacerse 454km. En todo caso y si no se quierellevar el velero hasta allí, existe la posibilidad en el mismo lugar de alquilar actualmente,bien un CS Astir, un LS-3 o un Twin Astir.Embarcados ya en la aventura, Paco al igual que yo, partimos el sábado 19 de Marzo con las sufridas familias de ambos y el remolque del LS-3. Saliendo de Ocaña en torno a las 12 de la mañana, llegaríamos a nuestro destion en torno a las 19'30 horas, teniendo en cuenta la masiva salida de vehículos de una semana tan especial y las paradas de descanso oportunas y necesarias cuando vas con niños pequeños, no es una mala medía. Casí todo el viaje se efectua por autovía, salvo el tramo final, que son carreteras provinciales, pero que no suponen ningún inconveniente para circular con el remolque. Lamentablemente todos sabemos el tiempo que ha hecho a lo largo de estos días y Villamartin también se vió afectado por las lluvias. Tan sólo hemos volado un día (Jueves), aunque cierto es que podríamos haber salido a volar al menos otro día, pero el viento reinante no nos animó en absoluto. Sin embargo y a pesar del breve contacto que desde el punto de vista aeronáutico tuvimos con la zona, ésta promete y me atrevo a aventurar que en el futuro puede convertirse en uno de los referentes para la práctica de vuelo sin motor. Para los poco experimentados en vuelos de larga distancia, el entorno es de lo más reconfortante y tranquilizador dada la abundancia de campos aterrizables y desde el punto de vista de la moral para el piloto, eleva ésta hasta puntos indecibles sabiendo que a tan solo unos 20 kilometros de radio desde la pista de despegue, podemos sobrevolar sitios tan significativos y dispares como la Sierra de Grazalema (al este), Arcos de la Frontera (al oeste), Palmar de Troya (al Norte) o el embalse de Bornos (justo al lado de Villamartin). Para los avezados y si el día acompaña, Ronda y Granada (salvando las restricciones del aeropuerto de Málaga) son alcanzables sin aparentemente excesivos esfuerzos.El remolque se efectua con un motovelero, pero dada la altura del aerodromo ( aprox 100 metros) se demuestra que sus 100 caballos son más que suficientes. Tanto el velero como el motovelero despegan conjuntamente antes de llegar a mitad de la pista. Para los acostumbrados a la macropista de Ocaña, la longitud de la pista de Villamartin (aprox. 560m.) ajustando el aterrizaje es suficiente y no reviste mayores problemas. Especialmente constructivo fue el vuelo previo de la zona en el motovelero y las explicaciones y buen hacer de Pedro Wittwer. Desde aquí recomiendo a los que vayan a acudir a la zona la conveniencia de efectuar el mismo. Las pocas dudas que uno pueda tener sobre las características propias del campo quedan rapidamente aclaradas. En él se incluye un touch and down en los dos sentidos de la pista que será francamente clarificador a la hora en que vayamos a aterrizar solos por primera vez.Los vientos predominantes hacen de la pista 24 la más utilizada de las dos. El aterrizaje se realiza sobre asfalto, también es posible la utilización de pista no asfaltada que se encuentra en un lateral aunque no es habitual.Tienen varios hangares en los que es posible guardar algun que otro velero, si bien dado su diseño y el espacio existente en los mismos, es aconsejable que quien disponga de un cangrejo lo lleve ya que le ahorrara esfuerzos. Estan construyendo una nave anexa a los hangares con la intencion de poder disponer de un taller para reparaciones y mantenimiento, quien sabe si con el tiempo tendran capacidad para pasar revisiones de veleros. Respecto al alojamiento, quisiera ser comedido y objetivo en mis apreciaciones, pero realmente debo reconocer que las atenciones prestadas no permiten nada mas que parabienes y agradecimientos para sus gestores. El establecimiento rezuma el interes de sus propietarios por convertirlo en algo más que un simple hotel en el que dormir. Los detalles en la decoración, el colorido de las habitaciones, la amena charla y simpatía de Betina así como la afición por el vuelo a vela de Thomas contribuyen a ello.El lugar se ha demostrado ideal y de lo más agradable para familias, espacio libre para los enanos, sol, paz y relax combinados con multiples alternativas (para los días que no se vuela o para las parejas acompañantes de los pilotos cuando estos estan en el aire) dada su proximidad a lugares como Cadiz, San Lucar, Jerez, Sevilla, Ronda, ...Desde aquí un agradecimiento también a Clara, Andrés (hijos de Betina y Thomas) y "manchitas" que tan buenos ratos han hecho pasar a nuestros hijos.Este lugar, conocido ya, por volovelistas extranjeros (alemanes, suizos, ingleses) no debe ser ignorado por los volovelistas españoles y os animo a que lo probeis alguna vez. Thierry Gil